Nuestro amigo de hoy
es un pequeño fantasma
que quiere jugar
y no irse a la cama.
Tomando un refresco
con muchas burbujas
espera con impaciencia
la noche de brujas.
A mucha gente
quiere asustar
causarles terror
y verlos gritar.
La noche de brujas
para él es especial
porque aterrando a los niños
muestra su habilidad.
El fantasma no es malo
sólo se quiere divertir
y quizá pasar por una fiesta
de disfraces de Halloween.
Al final coge una bolsita
con forma de calabaza
y a caramelos y no a niños
va a darles caza.