Un árbol triste lloraba
porque sus hojas se caían
pues llegaba el otoño
y calvo se quedaría.
Se iban tiñendo de rojo,
amarillo y marrón
formando una alfombra
a su alrededor.
Su madre le dijo
somos de hoja caduca,
no llores hijo mío
si quieres te pongo peluca.
Pero verás que todo pasa
y pronto llega la primavera
volverán a ti las hojas
te crecerá otra vez la melena.
Así que el arbolito
dejó de llorar
porque las hojitas
volverían a medrar.
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